La vida sexual de una persona que se quiere vincular con otra trae consigo cuestiones conflictivas y otras que no lo son. Va a depender de cómo es la personalidad de cada uno para que el vínculo sexual sea más o menos conflictivo; en las personas con una disfunción motriz, como puede ser una persona con espina bífida, se suman las dificultades propias que acarrea, por ejemplo, el uso de sonda o pañales. Superar esos impedimentos requiere de mucha autoestima, de buen carácter, de inteligencia para sobrellevar la dificultad con trucos y recursos que se deben pensar y entrenar, y, sobre todo, de un buen estado emocional y afectivo.
La mayoría de las personas con espina bífida requerirán de diversos tratamientos; uno de ellos es que, desde niños, muchas veces se deba realizar una suave presión en la vejiga para ayudar a drenar ese órgano y, en casos más severos, se puede necesitar de una sonda de drenaje llamada catéter.
En la vida adulta son temas a sortear el uso de la sonda y que, en momentos de excitación sexual, se puede perder un poco de orín si no se ha evacuado bien la vejiga. Algo que, por otra parte, puede suceder a las personas cuando nos reímos a carcajadas. La pérdida de unas gotas de orín es algo más frecuente de lo que pensamos; hay muchas personas que terminan de ir al baño y luego una gotita les moja su ropa interior; nunca se enteran de que una ínfima porción del final de su espina neural está abierta, ya que es tan insignificante que no prestan atención a esa situación hasta que por algún motivo deben hacerse una radiografía completa de columna. Lo cierto es que es parte de nuestra vida fisiológica, pero cuestiones asociadas a la alimentación, por ejemplo, son más fáciles de conversar, pero charlar respecto de las evacuaciones no es algo usual: caca o pis pasan a ser malas palabras. En la primera infancia son considerados regalos para mamá y papá, pero en determinado momento evacuarlos pasa a ser una acción que se oculta, se niega, no se habla; por ejemplo, si una mujer va de visita a la casa de su nueva pareja es poco probable que vaya al baño.
Para una persona con espina bífida es fundamental que aprenda a colocarse la sonda por sí mismo desde pequeña, porque si llegada la pubertad los padres siguen haciéndolo el adolescente se puede sentir perturbado por las sensaciones que tiene, ya que puede sentir mucho placer o, a la inversa, sentir que no le han dado espacio para su privacidad, que no lo han ayudado a crecer; al hacer esta actividad los padres pueden generar confusiones en las sensaciones placenteras y el vínculo se ve impregnado de sentimientos confusos relacionados al placer sexual. Inclusive hay varones que tienen erecciones y nadie les explica lo que les está sucediendo, ni se menciona el tema; queda en silencio y así comienza a vivirse una sexualidad oculta y encerrada entre las cuatro paredes del hogar.
Es importantísimo ayudar a generar independencia e ir enseñando de a poco a realizar solos ésta maniobra.
Hay personas adultas que ya pasaron la adolescencia y sus madres siguen sondeándolos; un varón heterosexual puede sentir mucho placer cuando su mamá se ocupa de su sonda, estimula su deseo sexual. Lo cierto es que un niño a los 8 años puede aprender a hacerlo, entonces por qué prolongar el enseñarles.
Muchas mamás colocan la sonda de su hijo varón y muchas mamás no permiten que el papá lo haga con la hija mujer y me surgen varios interrogantes: ¿qué pasa con la intimidad, que pasa con la orientación sexual -heterosexual u homosexual-, qué pasa con éstas cuestiones de género, ya que parece que en la mamá esta socialmente aceptado que realice el cambio de pañales y sonda y en el varón no? Y también me surgen preguntas relacionadas con temas más delicados asociados al abuso; muchas personas sienten que ponen las manos sobre sus cuerpos y se sienten incómodas y molestas, pero cómo decir que no, si no lo sé hacer solo o sola o si, por alguna cuestión más individual o por algún motivo circunstancial, debo dejar que lo realicen, por ejemplo, si la persona tiene una fractura y su mano está con la muñeca enyesada.
Todo esto influye en la construcción de la sexualidad, en el ser sexual, en la historia de nuestra sexualidad y en cómo nos vamos a comportar con una pareja.
María Marta Castro Martín - Sexóloga educativa - info@estimulosadecuados.com.ar
El presente texto fue presentado en la columna de sexualidad en el programa SOMOS LO QUE HACEMOS del 26 de agosto del año 2013