Mi mirada pretende poner en foco las múltiples circunstancias que conforman y perpetúan la existencia del mismo.
Un estudio realizado por la universidad de Buenos Aires UBA en localidades de zona sur de la provincia de Buenos Aires, arrojó que desde la crisis económica del 2001 a habido un aumento notorio en cuanto a los índices de violencia de todo tipo, ya sea de género, de maltrato infantil, de peleas callejeras, etc.
Si bien las crisis económicas tienden a colocar al individuo en una situación de estrés permanente, debido a insuficiencia de viviendas, pérdida de poder económico, condiciones de hacinamiento, pobreza, enfermedades, entre otras muchas, no podemos etiquetar a la misma como la culpable del crecimiento de la violencia.
El fenómeno debe analizarse desde el entrecruzamiento de innumerables factores que la generan, desarrollan y afianzan cada vez más.
Coincido en la teoría del modelo ecológico sistémico planteado por Belsy 1980 para poder comprenderla y abordarla.
Este modelo es por sobre todas las cosas, un modelo que posee una mirada integradora y no unicausal.
Plantea el abordaje de las situaciones de violencia a través de las variables asociadas al fenómeno y que constituyen los factores de riesgo, ya que favorecen su aparición o la agravan, pero no se interpretan como de causalidad estricta.
Las causas serían justamente la multiplicidad y el entrecruzamiento de los mismos.
Este modelo o teoría piensa al sujeto como inmerso en varios sistemas, contextos o niveles.
Lo que intentamos hacer al momento de abordar un caso, es poseer una mirada que abarca el análisis de las redes sociales, psicológicas, culturales e individuales inmersas en el acontecer del sujeto.
Microsistema: Entornos inmediatos del sujeto, como el contexto familiar y el escolar.
Mesosistema: Relaciones que se establecen entre los diferentes entornos inmediatos del sujeto. Ej: Relación entre la familia.
Exosistema: Organización del medio en el que vive el sujeto, sistema económico, político, medios de comunicación.
Macrosistema: Estructura social, cultural, creencias y actitudes de la sociedad.
A continuación desarrollaremos varios aspectos de este problema, a partir de las nociones arriba descriptas. Estas nociones constituyen factores de riesgo a tener en cuenta a la hora de producir una intervención sobre este fenómeno.
-La influencia de los cambios estructurales de aspectos económicos que han agravado y las condiciones y la calidad de vida de la población.
-la objetivización del otro como cosa en función de satisfacer el deseo. En donde el otro deja de ser persona y por ende se anula el respeto como tal, a sus necesidades y deseos.
-La presencia o no de un vínculo temprano afectivo en la niñez.
-Bajos salarios y precarias condiciones laborales.
-Violencia doméstica
-Embarazo adolescente.
-Presencia de patrones de desigualdad social.
-Viviendas deficientes y condiciones de hacinamiento
-Familias con redes de apoyo deficientes.
-La presencia de roles genéricos estereotipados.
-Transmisión intergeneracional del maltrato.
-Trastornos en la salud debido al maltrato como: disminución de defensas físicas y psíquicas con el consiguiente aumento de enfermedades psisomáticas (reducción del rendimiento intelectual, problemas de concentración y depresión, anorexia, etc)
-La victimización del sujeto por parte de instituciones policiales, sanitarias y judiciales. Lo que también constituye un maltrato hacia las victimas
-El agravamiento y la multiplicidad de los factores de riesgo.
Estos son solo algunos factores, seguramente si nos tomamos un tiempo para reflexionar encontraremos muchas más.
Si bien en nuestro país hubo un aumento con respecto a la puesta en marcha de dispositivos para poder detectar y actuar ante situaciones de violencia, ejemplo líneas telefónicas para denuncias, comisarias de la mujer y la familia, refugios, mayor número de defensorías del niño y el adolescente, no se está trabajando en forma preventiva.
Sabemos que el fenómeno se ha impuesto en nuestra sociedad y que cada vez crece más y más, pero nos falta trabajar en lo más importante que es no dejar que siga avanzando.
Se preguntarán ¿cómo se podría realizar esto?
La respuesta es sencilla, simplemente educando, enseñando desde pequeños a los niños, incluyendo en la currícula escolar materias destinadas a tal fin.
En Valencia, España trabajan con un Programa de educación emocional en colegios de nivel inicial, primario y medio. Han podido reducir el índice de casos por bulling escolar y los conflictos entre el alumnado.
Solo hay que tomar la decisión de involucrarse y accionar, comprometerse cada uno desde su lugar, desde su tarea, desde el rol que desarrolla, para que entre todos logremos mejorar esto, el lugar donde vivimos, donde nuestros hijos, sobrinos, nietos crecen y se desarrollan.
Seguramente implica todo un desafío, pero que es la vida sin desafíos.
Los invito a hacerlo. Vale la pena
Gabriela Martinez - Miembro de Mariposas Naranjas-Bs As
Lic. en psicología
MN 51665